Conseguir un peso saludable puede que lo veamos muy costoso de lograr, pero aún es más difícil mantener esta perdida de peso de forma duradera. Ambos casos, implican un gran esfuerzo por nuestra parte.
Para que esto no te suponga un sacrificio extra te aconsejamos que hagas pequeños cambios en tu rutina los cuales solemos creer que estamos haciendo bien y sin embargo están afectando para conseguir nuestro objetivo y que dependen directamente de nuestros hábitos y que por tanto, podemos controlar y mejorar:
- Cuidado con los zumos de frutas. Nos aportan calorías y no consiguen que nos sintamos saciados, con lo que podemos cometer el error de consumir más calorías de las que debemos por no calmar nuestra hambre, además de producir picos de insulina en sangre debido a su alto contenido en fructosa (azúcar naturalmente presente en la fruta).
- Levantar la guardia los fines de semana. Si has estado en manos de un nutricionista te habrá enseñado a llevar una alimentación sana y equilibrada a lo largo de la semana. Pero, ¿qué pasa cuando llega el fin de semana? Dejamos de lado la rutina, salimos a comer o a cenar fuera de casa, y con ello descuidamos la alimentación durante estos 2 días o 2 días y medio. Es normal que el fin de semana comamos más de la cuenta en alguna ocasión, pero debemos de controlarlo y ser conscientes de lo que comemos para no perder todo lo que se haya podido lograr entre semana. El elegir opciones saludables no está reñido con tener vida social, se trata de saber escoger y controlar las raciones de lo que no es saludable.
- No controlar la cantidad. De los primeros pasos que damos a la hora de cuidar nuestra alimentación es cambiar los alimentos ultraprocesados por alimentos naturales como verduras, frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos. Este cambio es imprescindible para llevar una alimentación sana. Pero no debemos de descuidar las raciones de nuestros platos, comer más cantidad de lo que necesitamos, aunque sean alimentos saludables, es un impedimento a la hora de bajar de peso.
- Consumir alimentos light. Al comprar este tipo de alimentos pensamos que podemos comerlos con tranquilidad porque engordan menos que las versiones originales. Pero en muchos casos las diferencias calóricas son pocas y, no dejan de ser alimentos ultraprocesados. Por lo tanto sea alimento light o no light, debemos de dejar de consumirlos ya que abusar de ellos puede resultar perjudicial para nuestra salud tal y como concluyen algunos estudios.
- No dormir lo suficiente. Es necesario descansar y dormir bien para que nuestro cuerpo funcione de forma correcta. No descansar lo suficiente puede hacer que nos sintamos menos activos y con menos ganas de movernos o hacer ejercicio, aumenta el apetito ya que se produce un desequilibrio entre la hormona que reduce el apetito y la que lo aumenta, al sentirnos apáticos y sin energía, nuestro cuerpo nos demanda comida hipercalórica y rica en azúcares. Hay ciertas pautas que pueden ayudarnos a regular nuestro sueño y poder tener un descanso de mayor calidad como por ejemplo evitar irse a dormir inmediatamente después de cenar, no utilizar el móvil en la cama antes de dormir o intentar no practicar deporte demasiado tarde son algunos consejos que pueden ayudarnos.
- No comer suficientes verduras y frutas. A veces priorizamos la ingesta de otro tipo de alimentos y nos olvidamos de la importancia de consumir frutas y verduras. Estos alimentos además de contener un alto porcentaje en fibra, son mu bajas en calorías, lo cual nos puede ayudar además de a regular nuestro tránsito intestinal, a poder comer una cantidad mayor que la de otro tipo de alimentos. También son ricas en potasio, lo cual facilita la eliminación de líquidos.
- No beber agua. El agua es el mejor aliado que podemos tener si queremos bajar de peso ya que nos ayuda a mantener la sensación de saciedad y contribuye a que nuestro metabolismo funcione mejor, además favorece la eliminación de la grasa almacenada y a que se elimine mucho más rápido. Otro factor a su favor es que facilita el tránsito intestinal evitando el estreñimiento.
- No hacer ejercicio. El introducir una rutina de actividad física en nuestro día a día puede ser beneficioso en muchos aspectos, entre ellos el ayudarnos a bajar de peso. Unos pequeños cambios en nuestros hábitos pueden producir grandes resultados, intentar subir las escaleras evitando coger el ascensor, intentar ir caminando al trabajo o bajar en la parada de antes… Cuando se práctica ejercicio, el cuerpo se siente más enérgico y activo, mejora la calidad del sueño y la autoestima además de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Estudios realizados por la OMS (Organización Mundial de la Salud) concluyen que la práctica regular de actividad física es beneficiosa para la salud.
- Saltarse comidas. Contrariamente a lo que se cree, el dejar de tomar una comida no solo no va a hacer que no bajemos de peso sino que puede provocar el efecto contrario ya que el cuerpo detecta que no ha consumido la suficiente energía y responde almacenando la que tiene, lo que hace que el metabolismo trabaje con lentitud y que le cueste consumir la grasa que tenemos en nuestro cuerpo. También nos puede hacer sentir cansados lo que conlleva que se reduzca la actividad física.
Como vemos, no solo con llevar una alimentación saludable y equilibrada es suficiente para alcanzar nuestro objetivo de bajar de peso, hay que hacer un análisis global de nuestra rutina diaria e ir tratando de establecer nuevos hábitos poco a poco.
Los cambios no se producen de la noche a la mañana, muchas veces queremos cambiar en un día lo que llevamos años haciendo mal y en eso nos equivocamos. Los cambios hay que ir haciéndolos poco a poco y progresivamente para que no nos resulte brusco y lo vayamos viendo como algo natural, por eso es importante cada día trabajar en introducir un hábito saludable e ir reforzándolo.
Intentando controlar estos puntos, podremos ayudar a alcanzar nuestro objetivo de forma saludable y para siempre sin que nos resulte traumático y de una manera natural.
Por otro lado también existen factores que están fuera de nuestro alcance y que no podemos controlar como pueden ser los siguientes:
- Problemas de tiroides. Un desequilibrio en la glándula tiroides puede provocar alternaciones en el peso sin causas aparentes que lo justifiquen, pero hay que tener en cuenta que éstas glándulas regulan el metabolismo, por lo tanto tienen una relación directa con el peso.
- Resistencia a la insulina. Al comer, los niveles de azúcar en sangre son mayores, por lo que el páncreas segrega insulinhttps://corporissanum.com/planes-dietas-personalizadas/a y distribuye el azúcar por todo el cuerpo para utilizarla como energía, si nuestro cuerpo es resistente a la insulina, no responde de esa forma y lo que hace es acumular grasa sobre todo en la parte baja del abdomen produciendo efecto inflamatorio, por lo que es importante en estos casos, evitar los azúcares añadidos y los procesados.
- Alteración de las hormonas femeninas (estrógenos). Hay diferentes factores que pueden alterar el estado de los estrógenos y esto puede provocar un cambio en nuestro cuerpo como la acumulación de grasa en la cintura y los brazos en el caso de un déficit de esta hormona y retencíon de líquidos en el caso de un exceso de estrógenos. Estas hormonas pueden verse afectadas debido a la toma de ciertos anticonceptivos, la menopausia, etc)
En resumidas cuentas, a veces pensamos que estamos haciendo las cosas bien, pero no solo es suficiente con cuidar los alimentos que comemos sino que hay que analizar muchos otros aspectos, por eso lo mejor es llevar el control de un especialista que nos pueda orientar y elaborar un plan de dietas personalizadas que tenga en cuenta las necesidades particulares de cada uno y Corporis Sanum pone a tu disposición todas sus herramientas para ayudarte a conseguir tu objetivo de una forma saludable.
Si quieres seguir sabiendo más sobre motivos por los cuales no consigues bajar de peso, te aconsejamos que eches un ojo a este otro artículo.